Historia y definicion
El hombre, desde un principio, ha necesitado satisfacer sus necesidades primarias, y con ese objetivo ha utilizado los medios que la naturaleza le ha ofrecido. Esta utilización ha supuesto una interacción con el medio y en el mejor de los casos, una simple modificación de este.
Pero el gran cambio en la organización social vino de la mano de la revolución industrial iniciada en el siglo XVIII en Inglaterra, la cual produjo grandes consecuencias por lo que respecta a la relación hombre-medio. En esta época, caracterizada por la aparición de nuevas técnicas de producción y comercio, se llegaron a explotar recursos hasta entonces impensables para el hombre.
La industria, principal artífice de nuestro desarrollo, se ha visto constantemente en el punto de mira de todos, como si fuera la única responsable del ritmo actual de deterioro ambiental.
No es cuestión de culpabilidades, es solo una más de las actividades que causan un grave impacto sobre el medio. Lo que sí es cierto es que la industria si posee la tecnología necesaria para minimizar esos impactos, y que su desarrollo futuro está vinculado directamente a integrar la componente ambiental en todas sus decisiones. La industria puede provocar una segunda revolución si se convierte en el motor de este cambio estratégico.
definicion
“No hay mejor tratamiento para un residuo que él no generarlo”
Hoy por hoy, la preocupación por lo ambiental, por el medio ambiente era definitiva, trasciende la esfera de lo estrictamente científico, habiéndose convertido en una prioridad política y social. La causa del fenómeno hay que buscarla en la degradación del entorno, tanto natural como urbano, debido a la actividad humana.
Entre las actividades que participan en la alteración de ese equilibrio destacan las desencadenantes de los procesos de contaminación. Si por contaminación entendemos “cualquier sustancia o forma de energía que altere el ambiente respecto a aquello que sucede naturalmente”, descubriremos que desde los tiempos de la revolución industrial, infinidad de actividades humanas son capaces de producirla.
Desempeña un papel destacado en este campo el auge del sector industrial. Gracias a los avances científicos y tecnológicos, la industria ha introducido importantes cantidades de compuestos y formas de energía, hasta el momento ajeno a la naturaleza en todos los ecosistemas. La situación ha llegado a tal punto que las autoridades de numerosos países, conscientes del daño que estas perturbaciones pueden ocasionar a las generaciones futuras, han apostado por un modelo de desarrollo económico diferente del tradicional. Un modelo respetuoso con el entorno y con los recursos no renovables, que se ha venido en llamar “desarrollo sostenible” que es capaz de incrementar la producción basándose en una reducción de su contenido energético y de materias primas.
Para hacer posible un desarrollo de este tipo es necesario un cambio de estrategia por parte del mundo industrial y empresarial. Dicho cambio implica pasar de la corrección de emisiones y residuos, como si estos fuesen ajenos al proceso de producción, a la prevención de dichas emisiones y residuos.
Hay que partir de la base de que el hombre ejerce un impacto sobre el medio por su simple presencia en él, y que su formación y concienciación a nivel global son los únicos medios para conseguir una integración lo mas armoniosa posible con nuestro entorno.
Por otra parte, el medio tiene una gran capacidad de asimilación de estos impactos, y lo único que se nos pide es que no rebasemos esa elasticidad que nos ofrece, conduciéndola a lo que podría suponer una situación irreversible como consecuencia de nuestras agresiones.